De cómo fueron los últimos años y se apagó la voz de un mito

A pesar de que las ventas de su último single no fueron del todo malas Juan Camacho llegó a confesar que había llegado el momento de descansar y disfrutar de su mujer y sus hijos. Esto supuso el punto y final a la composición y producción discográfica quedando para siempre descartada la idea de publicar un tercer L.p.

Durante esos años se dedicó a la compra-venta de vehículos clásicos. Juan poseía un taller al que acudía y disfrutaba arreglando aquellos coches adquiridos para luego venderlos soliendo llegar a casa manchado de grasa. Hay que decir que llegó a poseer una interesante colección automóviles.

El desgraciado accidente ocurrió el 8 de agosto de 1982. Junto a otros componentes de su banda se disponía a cumplir un contrato en Orense después de haber estado el día anterior hasta muy tarde actuando en Castellote, provincia de Teruel, dentro del programa de festejos de la patrona del pueblo. El suceso tuvo lugar sobre las ocho de la mañana en la Nacional 122 entre Sagunto y Burgos, a su paso por la ciudad soriana de Tordesalas. El vehículo Peugeot 305 matrícula B-5979-ED, que hasta diez minutos antes del accidente conducía el propio Juan y que había cedido a su pianista Miguel Marcos, comenzó a dar bandazos acabando finalmente fuera de la carretera. De los ocupantes del coche, Miguel y José salieron ilesos, mientras que Eduardo - el cuarto acompañante - sufrió una fractura de pierna. Del cuarteto tan sólo Juan pasó a la Unidad de Cuidados Intensivos de la Residencia 'Santa Bárbara' de Soria, debiendo soportar dos operaciones casi seguidas. Permaneció una larga temporada en el hospital sin despertar de su profundo coma. Durante esos duros momentos muchos compañeros de profesión como Juan Bau o Bruno Lomas llamaron constantemente para interesarse por él. Debido a su estado el 15 de octubre fue trasladado al Hospital Francisco Franco de Madrid pero su salud no experimentó ninguna mejoría y el día 21 de octubre de 1982, de madrugada, moría Juan Camacho. Era otro trágico final a una vida entregada a la música de la que siempre fue un rendido admirador y un luchador completamente dedicado a hacer felices a los demás.

Su actividad musical se desarrolló durante el tiempo que permaneció entre nosotros más sobre un escenario que grabando. Y esos continuos viajes le costarían la vida como a otros grandes artistas que se dedicaron a la música y que desaparecieron en la carretera, como fue el caso de Bruno Lomas, Nino Bravo o Cecilia.

En esos días España vivía inmersa en la celebración de elecciones generales, la llegada del Papa Juan Pablo II y las terribles inundaciones que asolaron Valencia. El sentimiento de los valencianos fue de profundo pesar ya que la muerte de Juan hizo revivir la no tan lejana pérdida de su amigo Nino Bravo y llegar a pensar que algo oscuro se ceñía sobre los cantantes de esta región levantina. Al entierro acudieron además de familiares, amigos y compañeros de profesión, multitud de gente que quiso despedir a un gran cantante que no mereció un final tan trágico.

Un año después del fallecimiento Vicente Moya 'Suco' reunió en la plaza de toros de la capital del Turia a un importante número de cantantes con el objetivo de rendir un sentido homenaje y recaudar fondos para ayudar a la familia. Entre otros, asistieron: Mari Trini, Bruno Lomas, Francisco, Juan Pardo, Massiel o Mocedades.

Es aquí, en la capital de España, donde hace amistad con algunos de los grupos de la ciudad.
Su carrera debió haber sido más pletórica de éxitos, tenía todos los atributos para haberse convertido en uno de los cantantes claves de nuestro panorama musical, pero el destino, una vez más, salió al paso. Y como casi siempre sucede, ese éxito que no logró tan plenamente como se merecía le llegaría después de su muerte.